Me despierto en las tinieblas
de la negra incertidumbre,
ando por el mundo a tientas
sin antorcha que me alumbre.
Yo morí en el pasado,
sobrevivo a duras penas el presente,
desconozco el futuro,
y nada me aleja de la muerte.
No sé de dónde vengo,
y desconozco a dónde voy,
pero cuando me miran tus ojos,
sé con quién quiero estar hoy.
Viento y lluvia sanadores,
que remiten mis dolores,
y me pintan de sonrisas
más bellas que poetisas.
Y aunque yo ande perdida
hay algo que sé seguro,
y es que eres una maravilla
y que mi amor por ti es puro.
Sócrates no tiene idea,
imagínate en mi tiempo,
pero si hay algo que sé,
es que sé que yo te quiero.