7.13.2013

La sonrisa de Mona Lisa

Tiene ese tipo de sonrisa que dice "No me conoces, y nunca lo harás".

Sé que lo está intentando, dejarme pasar, pero también sé que nunca terminará de hacerlo. Veo lo mucho que me necesita y tengo que contenerme para gritar de angustia cuando la veo sufrir; ni si quiera sé por qué lo hace. Quizá sea por alguien, quizá sea por mí, quizá sea por un recuerdo o quizá sea por sí misma. No lo sé. Hay días en los que dejará de hablarme y se encerrará en su cuarto a llorar, o se pondrá a pegar golpes contra la pared, o, simplemente, se quedará acurrucada en la cama reproduciendo una misma canción en bucle. Y cuando hace eso me deja fuera, mirando sin poder tocar, como si fuera un animal enjaulado.

Por otro lado, siento que el corazón se me sale del pecho cada vez que me besa. Puedo ver el dolor detrás del brillo de sus ojos cuando se pierde en los míos, pero cuando apoya la cabeza en mi pecho y deja que juegue con su pelo, sé que intenta decirme que me confía en mí. Luego hace una broma, o le da la risa tonta, y me siento como si volara; creo que ella también. A veces me coge una mano entre las suyas, pequeñitas, y la pone contra sus labios a la vez que cierra los ojos con fuerza, como si temiera que fuera a desaparecer de un momento a otro. La quiero.

Pero su sonrisa, enigmática como la de Mona Lisa, no termina de ocultar la sombra que esconden sus palabras. Y aunque no lo diga en voz alta, sé que no la conozco. Y que puede que nunca llegue a hacerlo.

1 comentario:

  1. Estimada -C.
    No hace demasiado tiempo, aunque desde aquí parece toda una vida, le dije que describía usted la felicidad y el amor con tal precisión y sentimiento, que me tranquilizaba pensar que en el momento que se encontrase cara a cara con ambos sabria reconocerlos a primera vista.
    Me alegra ver que los ha encontrado, y debo decirle que le sientan muy bien.
    Atentamente:
    -P.

    ResponderEliminar

Gracias por dedicar tu tiempo en dejarme un mensaje, querido transeúnte.
Atte:
-C.