6.19.2013

Nota de agradecimiento

Estimados luchadores que han intentado cambiar el mundo:

Últimamente no dejo de dar las gracias; ya sea en forma de homenaje a los muertos, a héroes anónimos, etcétera. La cuestión es que, aunque siempre me he considerado una persona relativamente agradecida/educada, nunca había sentido tanta necesidad de inmolar mi alma como ahora; creo haber descubierto por qué. 

En primer lugar, me gustaría comenzar dando las gracias a aquellas figuras a las aún no he dedicado una entrada: a los enfermos, por hacerme vivir mejor; a los eruditos, por haberme regalado un sistema de calderas y agua caliente por las noches; a los escritores, músicos y artistas, por haber hecho de mi mundo un lugar más bello, y sobre todo por haberme enseñado a transformar en amor la desdicha de la vida; a los que hicieron historia, y a los que no, por haberme traído hasta una vida en la que mi mayor preocupación es a quién dar las gracias. Gracias a todos. 

Pero, ¿por qué les doy las gracias? ¿Es acaso para reconocerles el mérito que nadie se molesta en reconocerles, o para dejar constancia de que, aunque sólo sea a mí, me importan? Puede haber muchos motivos; y sin embargo, en realidad sólo uno es verdadero, aunque no sea el más agradable de todos. Y es que "gracias" es una palabra mucho más bonita que "lo siento". Como cobarde del siglo de la diplomacia, es más políticamente correcto alabar los méritos de los demás que reconocer tus propias faltas. Si tuvieras que hacerlo en condiciones no te estarías redimiendo a ti misma de tus pecados, sino presentándote ante el Tribunal Superior del que está al mando, sea quien sea, y suplicándole que te dejara seguir viva. De hacer las cosas en condiciones, estas serían tus palabras: 

Es mi obligación pedir perdón a los enfermos, por tener el valor de sentirme miserable olvidando su condición no solicitada; a los eruditos, por haber permitido que la sociedad se perdiera en la ignorancia a pesar de habérnoslo dado todo, por no saber apreciar todo lo que tenemos; a los escritores, músicos y artistas, por haber hecho de vuestra magia un arte oscuro en el que poder regocijarme de mis desgracias, usándolo para manipular a mis seres queridos y para ocultar a mi verdadero yo; a los que hicieron historia y a los que no, por no haber sido capaz de conservar vuestro legado, por haber ignorado la experiencia y haber cometido los errores que quisisteis que evitáramos. Ruego a todos me perdonéis. 

Sé que no lo parece, pero de verdad que estoy intentando ser mejor persona; a veces me acuerdo de vosotros, cuando el dolor de mis problemas superficiales no ciega por completo mis sentidos, y reúno el coraje para ponerme en pie; gracias a la fuerza de vuestro recuerdo, que de mi atormentada alma no se ha borrado, me doy cuenta de que mis batallas no son comparables a las guerras que vosotros luchasteis porque yo hoy tuviera un techo bajo el que dormir. Así que, en resumen, os doy las gracias y os pido perdón, de todo corazón. 

Puede que vuestro recuerdo se pierda entre nuestras guerras con barcos de papel, pero os prometo que yo siempre os llevaré dentro, y me aseguraré de que mis hijos sepan vuestro nombre.

Atte:

-C.

2 comentarios:

  1. Estimada C. :

    Gracias por recordarnos que el perdón es la fuerza que nos redime de la arrogancia de creernos superiores, distintos, mas listos, o mas fuertes que los que nos precedieron o de los que comparten nuestro universo.

    Sin ellos no existiríamos, ni nosotros ni nuestro mundo, cruel y horrible a veces, pero también bondadoso y bello en muchas ocasiones.

    Si me permite el atrevimiento, lo crucial de su nota de agradecimiento es que usted pide perdón, y redime con ello de su carga a la persona mas importante de su vida.

    Usted misma.

    En efecto, es mejor persona cada día, y estoy seguro de que usted misma y los demás lo perciben. Y no es porque antes no lo fuese, es porque sencillamente usted antes no se perdonaba a si misma, y el dolor la transformaba en lo que no era.

    Ahora que se ha perdonado nada se interpone entre usted y la maravillosa persona que siempre ha sido.

    Atentamente.

    P.

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  2. Querido P:
    Gracias por ser siempre el primero en comentar, tu opinión me hace muy feliz; sin embargo, si me permites rebatirte, no pretendía redimirme de mis cargas, como dices, porque el mío es más bien un mero juego de palabras. Yo expongo los hechos, y da por hecho que intentaré aprender de ellos, pero no es algo automático; bendito sea el día que consigamos hacer eso, ¿no crees?
    Muchas gracias por estar ahí, siempre apoyándome.
    Atte:
    -C.

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Atte:
-C.