4.30.2012

Nubes y claros

Te levantas y está lloviendo, así que te preparas una taza de té, coges una manta y te sientas frente a la ventana un rato. Te acurrucas en esa esquina que tanto te gusta (entre la ventana y la pared), apoyas la cabeza y miras al cielo. La lluvia te relaja muchísimo; tan monótona y a la vez tan viva, tan natural, tan libre. El cielo está de un gris oscuro que no deja pasar demasiada luz, lo que te relaja aún más. 
Al cabo de un rato perdida en tus pensamientos, con la lluvia de fondo, regresas a la realidad; la lluvia está aminorando, y las nubes se están volviendo plateadas, dejando pasar algo más de luz. Vas a la cocina y te preparas otra taza de té. La lluvia ahora es menos intensa, pero sigue cayendo como una cortina, fina y delicada, así que te vuelves a colocar en la ventana y te pierdes de nuevo en su monotonía. 
Un tiempo después, la lluvia ha cesado, y las nubes se están abriendo, dejando paso a los claros. Saliendo de su escondite, el sol se deja caer sobre la calle, bañándolo todo con su calor. Ajustas la visión para poder seguir mirando al cielo; ya no llueve, ahora son todo nubes y claros, pero sigues mirando. 
Muchos dirían que es un aburrimiento, o una pérdida de tiempo, pero a ti no te lo parece. Es como observar la vida a cámara rápida. 
Porque, ¿qué es la vida sino nubes y claros?



2 comentarios:

  1. No hay nada como un hermoso cielo encapotado y el acogedor tintineo de las gotas de lluvia golpeando contra el cristal...

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  2. Parece que mi mensaje ha sido transimido. Gracias, Ashitaka, seas quien seas; espero que te guste mi Blog.

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-C.