"There's something about the way the street looks when it's just rained" - Taylor SwiftTe despiertas con un "tap, tap, tap" constante en tu ventana; es un ruido monótono y constante, pero te tranquiliza. Sabes que no podrás quedar hoy en la calle, y que el pelo se te rizará hasta que parezcas un león, pero te da igual. Porque está lloviendo.
En las calles tranquilas de la ciudad todo cambia cuando llueve; los paseantes sacan sus paraguas y los hidrofóbicos se vuelven a casa; todo se queda silencioso y con un aire de paz. Te pones una sudadera y sales a la terraza; respiras hondo; "ah..." No hay mejor olor que el de la calle mojada; te quedas un rato ahí, congelándote de frío, mirando a la calzada. Ese brillo del pavimento te pone los pelos de punta. Cuando el frío ya ha calado en tus huesos y te empiezas a encoger involuntariamente, vuelves dentro, te das una buena ducha caliente y te sientas frente a la ventana, mirando al cielo.
Solo ves los pisos más altos de los edificios, y el cielo. Un cielo plateado que descarga su más bello regalo sobre tu ciudad, un cielo que, aunque ahora está cerrado, es infinito.
La lluvia hace que te duelan los huesos, pero te da igual. Estás sonriendo.
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