-¿Sabes quién más viene?
-Eh... Pues no; ¿quién?
-Él.
Te sonrojas y los labios se te curvan en una pequeña sonrisa. Te sientes tonta; conoces a ese chico de dos días, y casi no sabes nada de él. ¿Entonces por qué tienes tantas ganas de verle? Te sientes emocionada por la tarde que se avecina con él; qué pasará, de qué hablaréis, volarán indirectas entre vosotros, miradas... Y empiezas a notar un cosquilleo en el estómago.
No sabes si al final pasará algo o no; ni siquiera si será tan emocionante como te lo imaginas. Pero sabes que estás un paso más cerca de conocerle verdaderamente y eso te anima.
Cuelgas el teléfono y te brillan los ojos.
Tienes mariposas en el estómago.
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-C.