Como cada vez que tomas una desviación, has tenido muchas otras para elegir; no obstante, y teniendo eso en cuenta, has elegido la senda oscura. Has tenido la oportunidad de analizar las otras sendas, de darte cuenta de cuánta luz y comodidad te ofrecían. Y aún así, has elegido la que te hace ponerte de rodillas. Estás siguiendo a alguien que te confunde, te hiere y te ignora, porque en el fondo crees que no habrá nadie igual. A lo mejor éso es lo que debería impulsarte lejos.
Contra todo pronóstico, un trébol de cuatro hojas se ha colado en tu bolsillo trasero y te ha estado siguiendo. El dragón de las historias de aventuras, el artista que se para a pensar de dónde venimos y hacia dónde vamos; él, que tantas luchas internas tiene, las ha dejado todas de lado por ti, por seguirte y ayudarte en tu viaje. Y ahora que estás de rodillas, exhausta, tirada en medio del camino, ha salido para recordártelo. Y tomas una decisión.
Ya es hora de dejar sufrir por algo que no merece la pena, y empezar a soñar con alguien que no sólo te promete el cielo y las estrellas, sino que te está ayudando a llegar hasta él. Ya es hora de dejar aquello que te causa dolor y dejarse acunar por alguien que te promete paciencia, empatía y cordialidad. Es hora de ir por el camino del que está dispuesto a esperarte, sin meterte prisa y dejándote claro que va a dar todo lo que tiene para que tu camino se vuelva siempre luminoso.
Es hora de dejar de perseguir un sueño vacío, lobos con piel de cordero.
Es hora de ser feliz, con aquel que es capaz de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo en dejarme un mensaje, querido transeúnte.
Atte:
-C.