No tienes nada seguro, dudas de todo lo que dices, te arrepientes de todo lo que has dicho, temes todo lo que dirás. Porque, sí, no, blanco o negro, sabes que cada palabra matará a alguien; un disparo por sílaba, una navaja por palabra, un ahorcamiento por frase. Digas lo que digas, nunca harás a todos felices.
Si intentas hacer feliz a uno, harás infeliz a otro, si intentas arreglar al otro, estropearás al primero. Y se convierte en un círculo vicioso en el que no sabes qué hacer, qué decir o qué callar. Estás empezando a rendirte al destino que te traiga tu enorme bocaza, porque cada vez tienes menos fuerzas y más miedo. Cada día que pasa, las cosas te importan un poquito menos, las miradas te provocan más pesadillas y tu conciencia te aplasta con toda su fuerza.
No sabes si decidir que te preocupas demasiado es hipócrita, o si realmente cargas demasiado tu espalda. El caso es que te ves sometida a un chantaje para el que no te apuntaste, porque no hace más que decirte que o vuelves o lo habrás asesinado, e intentas que no te importe, pero no sabes si te importa o no. Lo único que quieres es que te olvide y que desaparezca por completo de tu vida, porque no es justo que te chantajee y te acose.
Pero tienes miedo, así que ya no sabes lo que escribes, y probablemente cuando releas esto por la mañana te darás cuenta de que nada tiene sentido. Tienes miedo de todo, y estás volviendo a una cueva de la que ya habías salido hace mucho. Pero sabes que todo lo que hagas va a estar mal, porque eres como un punto de apoyo, y si te mueves, cambiarás la balanza. ¿Realmente sujetas tantas cosas? ¿O son sólo imaginaciones tuyas? No vas a molestarte en averiguar la respuesta, porque te da miedo averiguarlo. Todo te da miedo, y pensabas que eso ya se había acabado.
Al parecer, la cabra tira al monte, con lo que tú siempre volverás a esa oscuridad en la que has pasado casi todos tus días, sola, entre pesadillas y gritos de agonía. Volviste, has vuelto y volverás. ¿Así son los ciclos de la vida, no?
Probablemente tendrás que esperar a que eso llegue, porque de momento, todo está en el aire.
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