6.02.2012

Alas negras

Bello, enorme, imponente, majestuoso. Se alza ante ti como un dios, un espíritu indomable, una bestia encerrada en el cuerpo de un ángel. Compruebas que tus ojos no te engañan; realmente lo estás viendo.

Te acercas a él, muy despacio, con pasos lentos y cuidadosos; no quieres asustarlo. Te mira curioso, parece que tiene interés en ti. Te paras a medio metro de su hocico, y él baja la cabeza para ponerla a tu altura. Es bellísimo... Sabes que estás ante un verdadero tesoro, no puedes dejarlo escapar. Sientes su aliento en la cara, una respiración tranquila y profunda, y todos tus males desaparecen. Sólo estáis él y tú, Dios animal y humana rebelde. Alzas la mano y lo tocas.

El contacto contra su piel es mágico; te produce sensaciones que nunca habrías imaginado que se pudieran sentir; se te eriza el vello de la nuca y de los brazos, tu interior se llena de una fuerza que antes no tenías, y tu corazón impulsa sangre más limpia. Lo acaricias con cuidado, casi con disimulo, para que no se asuste. Tus dedos se hunden en su pelaje y puedes sentir sus músculos, fuertes, palpitantes, llenos de... magia.

Nunca habrías pensado que mirar a cualquier ser a los ojos te intimidaría de esa forma; su mirada es tan brillante, tan penetrante, tan... tan perfecta. Puede decirlo todo con esa mirada, lo que quiera. Te preguntas si te permitirá el honor de subirte a su lomo. No te atreves a intentarlo todavía, así que sigues acariciándolo; el cuello, la cabeza, el lomo, las alas...

Sabes que, sea quien sea, te ha hecho un regalo; y no puedes desaprovecharlo. Esa criatura se escapa de tu comprensión del mundo; majestuosa, mágica, imponente y a la vez dulce... De nuevo, perfecta. Posas tus labios encima de su hocico y el Pegaso se arrodilla. Se te saltan las lágrimas de emoción cuando intentas deslizarte sobre su lomo y sale volando. Le observas alejarse en el cielo, como una promesa. Sabes que algún día será tuyo; tiene que serlo.

Muchos dirían que la perfección la tiene la pureza del blanco, pero tú prefieres la fuerza misteriosa de las alas negras.


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