6.03.2012

Valientes

Salimos a la calle y no puedo evitar sonreír ante la imagen del pavimento mojado por la lluvia; el brillo de la calzada, junto con el olor de la lluvia, es una de mis estampas favoritas. Él me toma de la mano sutilmente y me acompaña a su coche; me abre la puerta, y no puedo evitar preguntarme si sabe que podría invitarle a bailar, ahí mismo, en medio del aparcamiento.

Circulamos por las calles solitarias, y tengo que hacer un esfuerzo para no quedarme mirándole embobada, pero cada vez que se pasa una mano por el pelo, echándoselo hacia atrás, me doy cuenta de lo mucho que le deseo. Hablamos de nada y de todo, con risas cortas y miradas furtivas; de repente, empieza a llover, y se desata una gran tormenta. Hay algo de la lluvia que desata mi imaginación.

Para el coche y sale corriendo para buscar un paraguas en el maletero; yo, enfundada con mi mejor vestido, me bajo y voy junto a él, caminando tranquilamente, dejando que la lluvia me empape. Cuando me ve, no sabe qué decir, sólo me mira a los ojos. Sonrío, y entonces él hace una reverencia y me toma de la mano. Nos ponemos a bailar, en medio de la tormenta, con mi mejor vestido totalmente calado. Pero me da igual; por él, sería capaz de hacer muchas más cosas.

<<Qué manera de llover, ¿eh?>>, dice. Estamos en su coche, saliendo de la carretera hacia el camino de tierra; me lo he imaginado todo. Aun así, sonrío. Me encanta esta pequeña ciudad, todo tiene un toque más mágico. Llegamos a la puerta de mi casa y fija su mirada con la mía; podría capturar ese momento si quisiera, todo es tan real, tan intenso... Retira la mirada y salimos del coche; me acompaña hasta el porche. Me tiemblan las manos y me siendo estúpida; normalmente no soy así, esto es nuevo. Entonces él da un paso hacia mí y pone una mano en mi nuca; tira de mí y me vuelvo valiente.

Es nuestro primer beso, es perfecto, lo tiene todo, es... Valiente. Mientras cierro los ojos nos vuelvo a imaginar bailando bajo la tormenta, yo con mi mejor vestido, él con el traje calado; y no podría ser más perfecto, él y yo, besándonos bajo la lluvia, mi vestido empapado, nuestras manos entrelazadas. Muchos nos llamarían idiotas, soñadores, necios. Pero él y yo sabemos que somos unos valientes.


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