6.11.2012

Conversaciones aleatorias

-Te quiero.
-¿Me quieres? 
-Sí
-¿Por qué?
-Porque eres especial.
-Todos somos especiales, eso no demuestra nada.
-Tú eres especial de una manera diferente; nunca había conocido a nadie como tú.
-Eso puede ser malo.
-Pero no lo es.
-¿No?
-No.
-¿Y por qué?
-Ya te lo he dicho, porque te quiero.
-Demuéstramelo.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Porque no quiero quedar en ridículo.
-¿Por qué ibas a quedar en ridículo?
-Porque tú no me quieres.
-¿Quién ha dicho eso?
-Tú. No has contestado lo mismo, así que no me quieres.
-No, no he contestado lo mismo porque te quiero demasiado como para decirlo en voz alta.
-Entonces demuéstralo.
-Cierra los ojos.
-Vale. Ya. ¿Ahora qué?
-Nada. No puedo demostrar que te quiero, pero vas a tener que confiar en mí.
-¿Y eso por qué?
-Porque me quieres.



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