Barreras

Te sientes encerrada, todo te agobia, nada es suficiente. Necesitas hacer algo que te mantenga totalmente ocupada, algo para lo que tengas que centrarte por completo, algo que te llene de adrenalina y te haga soltar un grito de libertad.

Quieres correr. Quieres escapar de todos y de todo, lanzarte por una carretera y desafiar al viento y a tus propias capacidades físicas. Quieres sentir el aire fresco en la cara, el aroma de los árboles y de la hierba mientras pasas a su lado. Quieres notar cómo los músculos pasan de arderte a pedir más y más cada vez, que cada paso constituya un nuevo acelerón.

Quieres volar. Subirte a lo alto de un precipicio, coger toda la carrerilla que seas capaz y lanzarte al vacío sin llegar a caer; sentirte como Peter Pan volando hasta la segunda estrella a la derecha, recorrer la ciudad por encima de sus habitantes y de los coches; quieres posarte encima de la punta más alta del edificio sin temer la caída.

Quieres ser una estrella. Tocar ante cientos de personas, escuchar cómo corean tus propias letras y gritan tu nombre. Quieres que te acorralen para pedir un autógrafo, una foto, un abrazo. Quieres sentirte grande, descargar toda tu energía en un solo de guitarra, darlo todo en una traca de batería, dejar que tus manos vuelen por el teclado del piano.

Quieres hacerlo todo. Y sin embargo, sabes que no puedes.

Todo son impedimentos; estás en demasiada mal forma física para correr, volar es imposible, no tienes el talento suficiente para ser una estrella... Y aunque pudieses hacer cualquier cosa, ni siquiera tienes el tiempo. Aunque te supone una carga sobre los hombros, sabes que algún día conseguirás todo lo que te propongas. Vas a trabajar por ello y harás posible lo imposible.

Algún día, derribarás las barreras.