Echas de menos muchas cosas; el calor de su cuerpo contra el tuyo, la fuerza de sus brazos rodeándote, el sudor de sus manos sobre las tuyas, sus labios... No obstante, puedes aprender a vivir sin eso. Sin lo que no puedes vivir, es sin las palabras. Levantarte y ver "Buenos días, princesa", ir a acostarte y leer series de 140 caracteres diciéndote lo mucho que te ama. No crees que puedas aprender a vivir sin eso, porque era lo que te mantenía en pie todas las mañanas.
Sin embargo, si ahora leyeses algo suyo diciendo que te quiere, lo matarías; le gritarías, le pegarías y lucharías hasta que borrase cada palabra escrita con sangre del papel, del ordenador, de tu alma. Pero lo que está escrito con sangre no se puede borrar; así que ahora llevas contigo el recuerdo de millones de palabras, a cada cual más dulce, a cada cual más bonita... Hasta que dejaron de serlo.
Necesitas palabras bonitas, sí, necesitas tu poesía macabra.
Sin embargo, si ahora leyeses algo suyo diciendo que te quiere, lo matarías; le gritarías, le pegarías y lucharías hasta que borrase cada palabra escrita con sangre del papel, del ordenador, de tu alma. Pero lo que está escrito con sangre no se puede borrar; así que ahora llevas contigo el recuerdo de millones de palabras, a cada cual más dulce, a cada cual más bonita... Hasta que dejaron de serlo.
Necesitas palabras bonitas, sí, necesitas tu poesía macabra.
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