El aprendiz acribilla con preguntas a su maestro. ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Sí? ¿No? ¿Cuánto? ¿Dónde? ¿Así? ¿Ya? Él te hace a ti una sola: ¿Qué eres?
En la vida nunca dejamos de ser aprendices. Es imposible decidir a qué edad pasamos de hacer preguntas a contestar respuestas, porque siempre habrá preguntas que hacer. Aquel que cree que lo sabe todo es el más ignorante; no sabemos nada. Puede que compartiendo lo poquito que sabemos cada uno podamos alcanzar la verdadera sabiduría, pero como parece que es pecado desvelar los secretos de la felicidad, lo dejaremos estar.
Te sientes frustrado por ser consciente de que no sabes nada. Quieres conocer todos los secretos del mundo, quieres saber las fuentes de todo, quieres averiguar todos los "por qués". Pero, sobre todo, quieres saber qué es lo que tienes que averiguar. Lo que tienes que enseñar, lo que tienes que hacer. Quieres, necesitas saber qué haces aquí, cuál es tu propósito.
Te miras al espejo y te das cuenta. Si nunca dejamos de ser aprendices, ¿cómo se supone que vas a saber tú lo que quieres ahora? No eres más que una niña, un bebé. Te das cuenta de que tienes que ser paciente, todo llegará tarde o temprano. No puedes esperar tenerlo todo aquí y ahora, porque, simplemente, no llegará.
Vuelves de nuevo a tu maestro, con la respuesta. <<Soy un saltamontes>>.
Él te contesta: <<Entonces, paciencia>>.
Todos debemos aprender a convivir con nuestras dudas. Hay muchas cuestiones que jamás llegaremos a saber, por lo que sencillamente debemos apartar las preguntas que nos hacemos sobre ellas o encontrar respuestas a las que, aunque no sean completamente demostrables, nos podamos aferrar cuando nos atormenten las dudas.
ResponderEliminarComo saltamontes, he dado un salto en la dirección equivocada. He encontrado por accidente unas tierras movedizas de preguntas sin respuesta en las que se distorsiona la realidad y tengo que poner en duda la existencia de todo mi mundo. Y aunque llegaron mis amigos a sacarme de este agujero sin fondo, todavía sigo impregnado y tendrá que pasar tiempo hasta que se disuelvan todos los restos de arena.
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