Sabes que no tienes la fuerza suficiente para dejar de escribir; sería como cortarte las venas, sólo que mucho más lento y doloroso. De tal manera, te quedas, comprobando cada minuto lo que Él dice, derramando una nueva lágrima por cada palabra, por cada coma, por cada serie de puntos suspensivos...
Hacía tiempo que no te sentías tan absolutamente vacía de vida y tan llena de lágrimas. El concierto de tu ídolo empezará en 1 minuto, pero no estás segura de querer verlo siquiera. ¿Para qué? Las lágrimas anegan tus ojos, impidiéndote ver, y a la vez obligándote a sentirlo todo. Ya no sabes con qué cara seguir. Antes te defendías por tu dignidad, ahora ya no tienes. La has tirado por la borda. Por alguien que no la merece. Por alguien a quien, en su día, le entregaste tu vida.
Sabes que no te queda nada. El concierto ya ha empezado. No podrás desintoxicarte nunca de tu droga, porque eso es lo que es: droga. Te da placer y a la vez te mata, y te tiene enganchada sin contemplar la opción del abandono. <<Siempre acabaré volviendo a tus brazos>>, y lo haces: en tus sueños todas las noches, cuando divagas despierta, cada vez que algo te recuerda a Él. No vas a volver a sus brazos físicamente nunca más, eso lo sabes. Y así lo quieres. Pero como es tu droga, nunca olvidarás cada detalle; las sonrisas, las miradas, las caricias, las lágrimas, los gritos, los insultos... Todos y cada uno de ellos están grabados dentro de ti con fuego.
El fuego de un amor que ya no existe. Recoges las cenizas de ese amor y las guardas para luego.
Para seguir disfrutando de tu droga.
Tia enserio escribes demasiado bien
ResponderEliminarGracias brujita ^^ Tu tambien ¿eh?, no te creas que no.
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