A golpes si hace falta (Aclaración)

Creo que en una de mis anteriores entradas, "A golpes si hace falta", no quedó claro el mensaje que quería transmitir. Aquí intentaré explicarme:

La violencia para mí es "el último recurso", porque la violencia es un factor psicológico para el rechazo; por ejemplo, si alguien está obsesionado con una idea que es mala, un psicólogo buscaría la manera de demostrarle que lo es, físicamente. El ser humano es bastante simple en ese aspecto; puede que no temamos a la muerte, pero sí al dolor. Eso nos aterra.

De tal manera, nunca dejamos de buscar la forma de acabar con nuestro dolor, y eso es bueno, hasta que entramos en las "Opciones Prohibidas"; éstas no sólo no se desharán del dolor, sino que provocarán mucho más al resto de personas que viven a tu alrededor. En la anterior entrada dije que era un acto egoísta; no me refería a que sólo estuviéramos pensando en nosotros (que también), sino que hay que pararse a pensar en cómo afectaría esa decisión a la vida de las personas de las cuales formamos parte. La respuesta es muy fácil, pues el ser humano también sigue un guión para eso: se sentirían culpables.

Todas y cada una de las personas a las que has marcado pensarían lo mismo: "Fue por mi culpa", y se martirizarían hasta el final de sus días. De todas formas, cuando escribí la palabra "egoísta", también lo estaba siendo yo, puesto que, en este caso, la culpa sí sería mía y sólo mía. Y para seros sinceros, no quiero cargar con la muerte de alguien a la espalda, porque acabaría conmigo, y volveríamos al mismo bucle.

Lo que quiero decir, en resumen, es que antes de pensar en cómo aplacar nuestro propio dolor, tenemos que pensar en cómo no provocárselo a los demás, pues aunque parezcan indiferentes, todos han sido marcados por la huella de tu existencia; todos tienen al menos un recuerdo contigo que nunca olvidarán. Por eso estoy dispuesta a usar la fuerza bruta, porque si esa es la única manera de que alguien le tenga más miedo al fin que al dolor, así será. Repito, se lo quiero meter en la cabeza.

A golpes si hace falta.