Miras a tu alrededor y no puedes evitar echar a alguien en falta. ¿Dónde estará ahora?
Prometisteis que seríais amigos siempre, que nunca olvidaríais las bromas, que nada os separaría; jurasteis seguir quedando y romper las reglas de que todo tiene fin, confiabais en poder crecer juntos. ¿Dónde están ellos ahora? ¿Qué paso con las promesas? ¿Por qué la gente que te prometió que siempre estaría a tu lado ha desaparecido?
Os dijisteis muchas palabras; secretos, risas, penas, alegrías. Prometisteis que os seguiríais contando historias hasta que se acabasen vuestros días, y que las palabras no podrían alejaros. ¿Qué ocurrió luego con esas palabras? ¿Por que abrieron brechas en el camino?
Intentas buscarlos; preguntas a viejos amigos, rebuscas en Internet, pruebas sus teléfonos... No hay señal de vida. Por tu parte, claro, porque ellos han seguido viviendo, alejados de ti. ¿Por qué? Sabes que alejas a todos los que en un momento quieres, que para ti nada es duradero, porque así te aseguras que sea; todas esas promesas las sentiste con toda tu alma, querías que se cumpliesen, pero las has roto tú misma. Entiendes que los demás no se quieran esforzar para arreglar algo que tú has roto.
Así que estás sola. No tienes a nadie, porque todos se han ido. ¿Qué fue del "Nunca te abandonaré", del "Yo siempre estaré a tu lado, pase lo que pase"? Quieres maldecirlos a todos, por mentirte, por herirte, por abandonarte. Y sin embargo no los insultas, sino que lloras por ellos; una lágrima por cada segundo que pasasteis juntos, un sollozo por los segundos buenos. Si no tienes manera de encontrarlos, al menos revivirás los momentos pagando por ello; un momento, una lágrima. Y que así sea.
Te preguntas qué ha pasado para estar rodeada de tanto vacío.
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