5.13.2012

El viaje de Chihiro

Todos tenemos algo de El viaje de Chihiro dentro, la cosa está en saber a quién.

Podemos ser como Haku, y estar dominados por el poder oscuro y la ambición; por el contrario, podemos ser como Kohaku, y vivir en el amor y en la bondad.

Podemos ser como Yubaba, y regirnos por la maldad y la avaricia, por el odio y el rencor. O podemos ser como Zeniba, y basarnos en la ternura y la amabilidad.

Podemos ser un Sin Cara bueno o uno malo. Podemos ser humanos o cerdos. Podemos ser bebés mimados o ratones.

El caso es que en la vida somos parte de un todo, pero tenemos que elegir con qué lado quedarnos; con el lado bueno e iluminado o con el lado malo y oscuro. Se puede aprender a convivir con ambos, pero el secreto de la felicidad es elegir uno y trabajar en él, como hizo Chihiro.

Chihiro no hizo ningún viaje geográfico. En cambio, fue su alma la que viajó por la vida, aprendiendo que el amor y la valentía pueden hasta la más terrible de las maldiciones, hasta el peor de los miedos.


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